De Montserrat a Monserrate

marzo 21, 2007

En respuesta a su "Otoño"

Saludos, señor Juglar. En habiendo mencionado de nuevo a Barcelona en su blog, respondo en parte por nostalgia de sus letras y en parte por sentirme aludido.

Vayamos pues a lo que escribió en Juglar del Zipa:

Propios y extraños se engañan con el cuento de que todos son europeos y blancos. Basta caminar un rato por cualquier sector para ver cantidades importantes de gente mestiza en las que además predominan los rasgos indígenas. Sin duda hay más gente que parece «europeo puro» pero el fenómeno es el mismo de los teatros, avenidas, etc. La diferencia entre la gente que sale en los comerciales internacionales y los que salen en televisión nacional es, en ese sentido, abismal.

Sé a lo que se refiere, pues algo así me contó en su día sobre los paisas. Pero, además y barriendo para casa, me alegro de no pertenecer a ese grupo de patriotas de ciertas patrias que gustan de mirar el color de cabellos y piel para buscar estrangeros por la calle. Ahora mismo, en mi pequeña ciudad al otro lado de la chepa de Barcelona, cuanto más oscuro es el paisano con el que me cruzo me alegro por la mezcla presente y futura. Dígame iluso, pero siento sincera esperanza ante las futuras amistades de mi hija.

siento que en lo que va de esta temporada aquí me he vuelto de un patriotero inusitado y, lo más triste, vergonzante. Vine aquí a sorprenderme y nada ha sido así hasta ahora. Llegué con demasiadas expectativas, comenzando por la gente que decía que me iba a encantar.

Esto pasa con todo, o si no ya le contaré mi experiencia con "El Sexto Sentido". Pero también es cierto que a veces se desprecia lo propio con demasiada facilidad e incluso, tal como recuerdo de su querido bogotá, me miraban incrédulos sus paisanos al alabar su tierra y, para sus adentros, concluir que lo que yo bebía no era agua sino aguardiente caducado.

Por otra parte, es muy habitual radicalizarse en lo patriótico cuando uno deja su tierra. Ya me pasaba a mí veraneando en los páramos sorianos, sintiéndome más combativo que el mismo Carrasclet años antes de que siquiera se me ocurriese pensar en consultar el programa electoral de Esquerra Republicana de Catalunya. Eso sí, en mi caso era más en respuesta a ataques directos que no por simple nostalgia.

De momento los dejo con Barcelona. (Es curioso que haya llamado a Buenos Aires la Barcelona de los pobres. Cuando conocí Barcelona me dio la misma impresión y la odié también por el clima.) Esta Barcelona es una revista satírica que hasta ahora ha sido mi única fuente constante de información.

Sigo sin entender la relación entre Buenos Aires y Barcelona, aparte de la inicial. Pero vista la revista parece que se toman la comparación muy en serio. Lo que lamento es saber de su mala experiencia en mi tierra. Espero que solo fuese con el clima.

Y con esto me despido hasta la próxima.

Atentamente,
Lobisome.